En algún otro momento no le hubiera dado tanta importancia a prepararme por mi sola un café, sólo que ésta ocasión hubiese deseado que mi madre lo hubiera hecho por mi y para mi, recuerdo tanto el aroma de café con leche que solía prepararme todos los días por la mañana antes de irme a la escuela, sólo ella logra ése sabor característico de ´´café con aroma a mamá´´, extraño de ella no sólo éso sino también verla sentada tejiendo un suéter, algún chaleco o un pequeño detalle en lana, ella siempre tiene la idea ´´acertada´´ en el momento ´´indicado´´ , la palabra ´´correcta´´ en algún momento ´´erroneo´´, es tan fantasiosa, tan dedicada, tan detallista, e insisto, como extraño su café, el simple hecho de ofrecérmelo, ya es motivo de antojo, vi ésta imagen y me remonta años atrás, cuándo tejía ilusiones con ganchillos en sus pocos ratos libres y llenaba el ambiente con aroma a ´´armonía´´.
No podemos regresar el tiempo, no hay fórmula que me indique como diablos revivir momentos a su lado, lo cierto es que para ello están los recuerdos que te remontan a ésas sensaciones únicas, no se de qué forma pasa, pero cuándo más necesito paciencia, serenidad, consuelo, llega a mi mente la tierna imágen de ella y ésa aura de pasividad que la envuelve y nos contagia.
Tal vez entre las mil prendas que he tenido, recuerdo mucho un suéter que ella me tejió con sus manitas, era rosa, con dos trenzas al frente lo llamábamos ´´el costal de papas´´ y esque definitivamente yo era bastante delgada y a ella le quedó una talla más grande de lo contemplado, cómo nos reíamos, la dichosa prenda me hacía ver ´´con cuerpo´´ y así hubiera salido el sol por la tarde, no me lo quitaba por nada del mundo, sentía que traía puesto un pedacito de ella, un apapacho de mamá conmigo, y me sentía hermosa teniéndolo puesto.
Si Dios me diera a elegir entre todas las madres del mundo, sin duda alguna la elegiría nuevamente, tengo la firme idea de que todos estamos pre destinados a un hogar, a una madre, a un futuro, y Dios no se equivocó, tengo la mejor madre del mundo, se acerca el día en que México conmemora a las madres el día 10 de Mayo, no estoy entrando en la cursilería y en el modismo mercantil que lleva a éste día, simplemente se me antojó un café y nadie podrá prepararme un café tan delicioso como el que ella hace para mí.
Nadie puede tejer una prenda como ella, ni tampoco el tiempo puede borrar las sensaciones que genera a mi vista un juego de tazas con tetera, ésas tazas que ella tenía con motivos de flores y con el filo dorado y que hacía acompañar de cucharas pequeñas y un platito dónde descansaba algunas galletas.
En éste instante de mi vida viajo de una Ciudad a otra, no me es posible cargar con fotografías y escanearlas para subirlas al blog, pero mi historia está plagada de recuerdos que me impulsan y animan tanto el día.
Café con aroma de mamá, gracias por él.
Tania O.
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